Fructosa
La fructosa para empezar tiene muchas calorías que nos pueden ayudar a subir de peso, pero hay más porque podemos tener varios problemas por su consumo.
Crea resistencia a la insulina y varios problemas metabólicos que pueden desencadenar en bastantes enfermedades, como problemas cardiovasculares.
Esta información es relativamente nueva para muchos, y puede ser un poco alarmante pensar que la fructosa está en prácticamente todo lo que consumimos (enmascarada de una manera u otra).
¿La fructosa de la fruta es tan mala como la de un refresco azucarado?
La parte más mala y negativa del azúcar
El azúcar no es bueno en ninguno de sus variedades. Desde la morena, blanco, de caña de azúcar o remolacha, ninguna es beneficiosa a excepción de la Stevia.
Mas información en Sinazucar.org
Algunos estudios preliminares han revelado que el azúcar (sacarosa) también es adictivo.
Eso puede ser bastante malo, pero ahora quiero comentar el impacto que la glucosa tiene en nuestro cuerpo con respecto al aumento de peso (que además, contribuye a muchos padecimientos diferentes).
El azúcar común, compuesto de media glucosa y media fructosa, también tiene un par de problemas:
- La glucosa estimula la secreción de insulina, lo que significa que cuando consumimos una buena cantidad de azúcar (cuanto más refinadas, peor) tenemos niveles anormalmente altos de insulina.
Si comemos azúcar muy a menudo, esto ocurrirá con bastante frecuencia y más temprano que tarde, acabaremos aumentando la resistencia a la insulina (que puede ser el comienzo de la diabetes).
- La fructosa es una sustancia (química) que se transforma rápidamente en triglicéridos en el hígado, lo que provoca una gran cantidad de enfermedades.
Intuitivamente la mayoría de nosotros sabemos que el azúcar no es bueno.
Esto es un poco contradictorio, ya que los nutricionistas insisten en decirnos que la glucosa es el principal suministro de energía dentro de nuestro cuerpo…
Lo que ocurre es que hay numerosos tipos de azúcar y el cuerpo responde de manera diferente a cada uno. Además, nuestro propio organismo también advierte de qué tipo de azúcar hemos consumido.
Tipos de azúcar
Empecemos con los 3 Principales Tipos de Azúcar (los que más nos interesa y los que más consumimos)
- la sacarosa es el azúcar de mesa, está compuesta por una molécula de glucosa y una molécula de fructosa. Es definitivamente la más frecuente. En las frutas también hay algo de glucosa.
- La miel de abejas tiene mitad fructosa mitad glucosa.
- El jarabe de agave incluye más fructosa que glucosa.
Tan pronto como comemos sacarosa nuestro cuerpo lo separa a la glucosa y la fructosa y cada uno sigue su propia vía metabólica correspondiente.
Ahora nuestro cuerpo no tiene que distinguir de que fuente viene, ya sea alimento natural o procesado, más adelante aclaro este punto.
Cada una de ellas será procesada como tiene que serlo:
la glucosa pasará a los vasos sanguíneos, estimulará la secreción de insulina y también es empleada en los músculos (cuando hay un requerimiento de energía) o se almacena como grasa (si no se necesita), y la fructosa va a ser tratada como toxina por el hígado.
La fructosa es la peor de todos los azúcares, según estas nuevas investigaciones.
La glucosa (la otra mitad de la sacarosa) es perjudicial si la tomamos en exceso (nos hace acumular grasa) también es mala si se consume con demasiada frecuencia.
¡Cuidado con las fuentes «disfrazadas» de glucosa, como la pasta, el pan, los cereales… incluso granos enteros, también llamados integrales!
Si la fructosa es líquida es aún peor, ya que se mueve aún más rápido al hígado junto con la carga toxica es mucho más grande.
Como si no fuera suficiente, la fructosa engaña al sistema de señales del apetito, por lo tanto, las hormonas que regulan el hambre no se disparan y te quedas con hambre y ganas de comer, ya que la señal de llenura nunca llega.
Y que pasa con la fructosa de la Fruta y las verduras
Ya comenté antes que nuestro cuerpo si nota una pequeña diferencia en la nutrición (en este caso fructosa y glucosa) determinado por la comida de la que provienen, si es natural como las frutas o fuera procesada.
Aunque una vez que el alimento ha sido digerido, cada molécula está siendo tratada de la misma manera exacta, sin embargo, la diferencia está en dos factores muy importantes:
- Otras sustancias o nutrientes que siguen a la fructosa y la glucosa (que se encuentren en los alimentos)
- Qué tan rápido la fructosa y la glucosa pasarán al cuerpo (digestión rápida de los alimentos)
Hablemos del segundo punto.
Al igual que cualquier otra toxina, la capacidad del organismo para controlar la fructosa y prevenir daños adicionales depende de la cantidad total de fructosa que tenga que procesar en un período de tiempo determinado, así como de la cantidad total de fructosa consumida.
No es exactamente lo mismo para su cuerpo tratar con 10 g de fructosa que tratar con 100 gramos. Tampoco es exactamente lo mismo tratar 10 g de fructosa al día, que tratarlos cada media hora a lo largo de una semana.
Las verduras y frutas tienen cantidades relativamente pequeñas de fructosa libre.
Nada en comparación con la suma de la fructosa que hay en una lata de refresco azucarado (Y normalmente bebes más de una lata), o dentro de un pan dulce o incluso unas galletas de chocolate (todo refinado e industrial).
Además, como usted probablemente sabe, esos alimentos procesados también contienen cantidades considerables de azúcar (glucosa), lo que crea desequilibrios terribles dentro de nuestros niveles de insulina y nos deja antojos a las pocas horas de haberlos comido y bebido (y por supuesto engordar ya que la insulina es una hormona de almacenamiento).
Esto lleva a las personas a consumir mucho más de esos alimentos ricos en azúcar y también el peso en el cuerpo es mucho mayor.
Lo más peculiar es que los mismos alimentos también están llenos de grasas poliinsaturadas, también junto con toda la insulina en la cumbre debido a los altos niveles de azúcar (azúcar que entra en el torrente sanguíneo) y también la fructosa, con el hígado ocupado tratando la que proviene de ese mismo azúcar (las toxinas tienen prioridad) las grasas no pueden ser metabolizadas y pueden ser guardadas irremediablemente dentro de nuestra cintura, glúteos, muslos y parte baja de la espalda, o donde tu cuerpo las reciba.
Pero en el caso de las verduras y frutas, junto con las cantidades minúsculas de azúcares y sin esta sobrecarga en el cuerpo, encima para ayudar, éstos aportan varios nutrientes que son ventajosos (al contrario que las sustancias adicionales que traen los alimentos procesados).
Las verduras y frutas tienen minerales, antioxidantes y vitaminas, todos los compuestos que conducen a una mayor salud del cuerpo y también pueden contrarrestar en cierta medida los efectos perjudiciales de la fructosa y el excedente de azúcar.
Además, tienen fibra que retrasa la absorción de todos los nutrientes, o sea que la carga es significativamente menor y el cuerpo es capaz de procesar mejor los azúcares.
¿entonces la fructosa de las frutas y verduras es Mala o Buena?
La fructosa es MALA, venga de donde venga. No importa cómo se le ponga, es una toxina y hace daño.
Sin embargo, nuestro cuerpo es capaz de hacer frente a este veneno si no lo sobrecargamos y le damos los demás nutrientes que acompañan al alimento natural como una fruta o una verdura para funcionar perfectamente, y contrarrestar el efecto de la fructosa.
Entonces cuida de tu cuerpo y dale cariño sabiendo lo que le das.
Si usted es propenso a darle este veneno como es la fructosa a tu organismo, entonces cambia su procedencia y hágalo al menos de la mejor fuente que puede traerle mayores beneficios que daño: frutas y verduras.
Si un día no puedes soportar mas y quieres darte un gustazo y consumir toxinas (lee: algunos alimentos procesados llenos de fructosa, exceso de glucosa y/o cualquier otra toxina), entonces toma acción sabiendo lo que estás haciendo, sin embargo, consciente de que lo mejor es poner en marcha un “plan de control de daños” para ayudar a tu cuerpo con la carga.
Tengo que seguir insistiendo: la fructosa de una ciruela es exactamente la misma fructosa que la de los alimentos procesados. La misma molécula, las mismas consecuencias.
Pero frutas y verduras las tienen en ínfimas cantidades y acompañan de muchísimas sustancias saludables para el organismo, lo contrario que los productos procesados, que llevan gran cantidad de azucares y casi nada de nutrientes para contrarrestar el efecto nocivo.
Osea, esto no quiere decir que debas evitar la fruta. Para nada, todo lo contrario, la fruta está perfectamente equilibrada nutricionalmente para contrarrestar cualquier minucia de esta toxina que pueda albergar.
Eso si, si tienes diabetes u obesidad, debes elegir con un poco más de cuidado la fruta a consumir, preferiblemente las que menos azucares tengan te sientan mejor, pero mejor consúltalo antes con tu médico.
Sin embargo, debido a que he dicho un millón de veces (y que seguiré declarando) los zumos de frutas, refrescos y otras bebidas con fructosa deben ser evitados de cualquier manera, ya que su enfoque en la fructosa es alto y no tienen prácticamente nada de sustancias valiosas que puedan contrarrestar el daño.
Pero encima de eso, incluso los refrescos y los zumos industriales poseen compuestos artificiales (colorantes, ácidos, etc.) que empeoran el problema.
Por lo general, lo ideal es que su ingesta diaria de fructosa no supere los 50 g (20 g si desea eliminar la grasa).
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